Wordtober 3: Bosque

Los pulmones le ardían mientras corría por el bosque, asustada y llorosa corría por su vida, sintiendo el pesado aliento tras ella imperturbable en su persecución. Gritó al sentir la zarpa arañar su pierna izquierda mientras trataba de acelerar el paso.

Ignacio no tuvo tanta suerte, al escuchar su grito se giró hacia ella para ayudarla pero tropezó cayendo en una maraña de ramas rotas y hojas marrones, sin pensarlo se abalanzó sobre el intentando tirar de sus manos para levantarle sin atreverse a mirar tras de sí.

Algo la golpeó mandandola dos metros mas allá haciendo que el escaso aire de sus pulmones saliera expulsado al aterrizar sobre el duro suelo, una rama seca se había clavado en su espalda pero ninguna de esas cosas la hizo gritar tanto como ver a su amado desgarrado por aquellas zarpas. Sus gritos de agonía resonaron en el bosque atenazándola.

Tras unos instantes pudo rehacerse y se levantó temblorosa buscando tras de sí la rama contra la que se había golpeado, gritó tratando de atraer a aquella cosa, intentando salvar a su amor.

La criatura alzó su extraño pico ensangrentado hacia ella bizqueando con esos ojos oscuros cargados de maldad, un sollozo se quebró en su garganta al bajar la mirada hacia Ignacio y ver sus ojos vacios contemplandola acusadores… había llegado tarde.

La criatura avanzó una de sus zarpas en su dirección mientras las plumas ensangrentadas de su rostro se erizaban, un quedo ulular salió de su pico parecido al de un buho amenazador. Atenazada por el miedo vio como se incorporaba en toda su estatura, su piel pálida contrastaba con la tierra oscura y las hojas caidas por el otoño, una especie de espolones salían de sus brazos como cuchillas terminando en unos dedos largos de uñas afiladas.

Cuando la criatura ladeó la cabeza avanzando otro paso hacia ella salió de su estupor,  se giró y volvió a correr, intentando salvarse, tan sólo pensaba en dar un paso tras otro, apartando las ramas que cerraban su paso sin importar los arañazos en la cara ni la ropa desgarrada, corrió hasta que el suelo cedió bajo ella. Rodando ladera abajo se hizo un ovillo tratando de protegerse la cabeza de los golpes hasta que finalmente dejo de rodar.

Mareada, sin aire y dolorida alzó la vista hacia atrás temerosa de ver a la criatura alzarse ante ella, pero no había nada. Sin detenerse a pensarlo se levantó como pudo, arrastrandose unos pasos hasta terminar de incorporarse mientras seguía su loca huída.

A lo lejos creyó distinguir una carretera, quizás si llegaba a ella se salvaría, quizás pasaría un coche y podría encontrar refugio, sintiendo como un tímido atisbo de esperanza henchía su pecho aceleró aún más sus pasos, jadeando casi sin aire buscando aferrarse a las ramas para impulsarse, sólo unos metros más… casi…

Apenas atinó a soltar un quejido cuando la criatura atacó golpeando su costado, trastabilando perdió pie cayendo al suelo. Gimoteando retrocedió sobre su costado, aferrandose al suelo con las uñas, arañando sus superficie para avanzar unos milímetros.

Supo que estaba muerta antes de sentir el aliento ponzoñoso de la criatura a su espalda, gimoteó pidiendo clemencia mientras las zarpas ascendían clavandose en sus piernas atenazandola contra el suelo, un último grito escapo de sus labios al sentir el pico apuñalando su espalda, rompiendo la chaqueta de lana y penetrando en su carne, desgarrandola como lo haría un ave rapaz.

Pateó y se removió hasta que la pérdida de sangre hizo que se sintiera débil, sus ojos buscaban frenéticos a su alrededor, cualquier cosa que pudiera usar para herir a esa criatura, sacársela de encima… ¡tenía que intentarlo! ¡No podía acabar así!

Desesperada sollozó sintiendo como las fuerzas la abandonaban, toda esperanza perdida cuando distinguió cuatro zarpas más pequeñas aproximándose.

Un pico más pequeño apareció en su campo de visión, tentativo dió un primer picotazo a su mejilla para posteriormente seguir en su empresa hasta que con un gorjeo arrancó un trozo de su carne, chilló cuando sintió como la desgarraban y los claros sonidos que hacía la criatura deglutiendo su carne.

Su vida terminó con el tercer picotazo, antes de que el otro cachorro se acercara a alimentarse.

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Bosque de Nissa Audun está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional.

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